No siempre estuve solo, no siempre fui el alma fría y seca del presente. De lejos veo aquellos que no están solos, aquellos que tienen con quien contar, con quien reír, con quien llorar, con desesperación mi alma clama por alguien con quien compartir, con quien hablar, con quien reír y llorar. Un tiempo creí tener a alguien, una mujer, con la cual compartir... mas todo era una ilusión una mentira, al primer problema lo único que dejo fue un amargo sabor y una espalda fría que se alejaba con sus pasos. Desde ese entonces no soy más que un muerto viviente, un alma sin aliento. La soledad ya me consume, mi alma clama con desesperación compañía. Viendo a los demás y recordando mi alma se despide del pasado de aquellos que alguna ves estuvieron al mi lado falsamente. Soy una ilusión algo que no existe, y por ahora aunque mi alma desesperada este no necesita de nadie, nadie cuyas intensiones no sean reales.
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